Zoë Van Straalen y Jo Hepworth son los cerebros de su empresa Children of the Water, que aborda la tragedia común y mundial de los niños pequeños ahogados ofreciendo cursos de natación de autorrescate.
Su misión y devoción por minimizar la posibilidad de que ocurra una tragedia de este tipo ha sido el motor de la empresa durante los últimos tres años, que se ha desarrollado rápidamente y se ha expandido a escala mundial. Nos pusimos al día con Zoë y Jo para saber más sobre la filosofía de su negocio y cuáles son sus planes para el futuro.
¿Puede explicar con más detalle su técnica para enseñar a los niños una habilidad que puede salvarles la vida?
La base de nuestra enseñanza es el autorrescate, una técnica altamente especializada que enseña a los bebés, desde que gatean hasta los seis años, a rescatarse a sí mismos en caso de accidente en el agua. Hemos desarrollado y evolucionado esta técnica en los últimos años con nuestro propio enfoque holístico.
¿Cuál es el enfoque que adopta durante un curso?
El viaje que llevamos a las familias durante nuestro curso es mucho más que nadar para sobrevivir. A través de la confianza, la devoción y el coraje, el niño y los padres aprenden a superar el miedo y a crecer juntos en el agua. Puede ser una experiencia que cambie la vida, con un aprendizaje básico para el niño que permanecerá con él mucho más allá del curso.
¿Alguna pista sobre el futuro de la empresa?
Este año hemos empezado a formar a practicantes de nuestras técnicas a nivel global para poder llegar a más gente y hacer crecer nuestra familia de instructores. Seguimos recibiendo peticiones de todo el mundo y recientemente hemos abierto en España peninsular, Holanda, Curazao, Londres e incluso nos dirigimos a Australia en noviembre de este año. En 2019 también se lanzará la Fundación Niños por el Agua, que tiene como objetivo enseñar a niños desfavorecidos en comunidades donde hay grandes extensiones de agua, pero donde la mayoría de las familias y los niños locales no saben nadar ni salvarse si se caen al agua.